Históricamente, las personas de nuestro país han preferido adquirir una nueva vivienda que alquilar. No obstante, dicha tendencia ha venido cambiando paulatinamente en las nuevas generaciones. Este cambio puede estar impulsado por la inestabilidad económica derivada de las crisis y la transición idiosincrática de los jóvenes españoles. Es por eso que si vas a arrendar una propiedad, debes saber todo lo que puedas con respecto al contrato de alquiler de una vivienda.
Es necesario señalar que tanto el propietario como el arrendatario deben tener un entendimiento total de los detalles derivados en los contratos de alquiler de vivienda. Dicha necesidad surge de comprender los términos jurídicos y legales relacionados con un contrato de arriendo. En efecto, el cumplimiento de dichos términos es la base para efectuar un proceso de alquiler efectivo y legal.
Por supuesto, existen distintos tipos de contrato de arrendamiento de vivienda, como el alquiler con opción a compra o contratos definidos mayormente por su duración temporal. Sea cual sea el tipo de acuerdo que se vaya a llevar a cabo, es indispensable prestar atención a los detalles para evitar cualquier tipo de obstáculo durante el proceso.
Qué vas a encontrar en este artículo :)
Redactar un contrato de alquiler: Bases y contenido
En términos generales, el contrato de alquiler de una habitación, piso o casa es una herramienta legal para blindar ambas partes involucradas en la operación. Los propietarios españoles valoran mucho la protección jurídica de sus propiedades durante la duración del arriendo.
Por otra parte, el inquilino también experimenta beneficios jurídicos al contar con este tipo de contrato a su nombre. La legalidad de los procesos es fundamental para asegurar una relación fructífera para ambas partes, lo cual crea la necesidad de estar al día con todo lo referente a un contrato tipo alquiler.
Todo contrato de arrendamiento debe estar escrito de forma detallada para no caer en algún tipo de malentendido. Algunos de los requisitos fundamentales son:
- La identificación detallada del inquilino y del propietario.
- Toda la información relacionada con la propiedad: dirección, espacios, datos registrales y cualquier otro dato relevante.
- La duración del alquiler y el costo del mismo.
- Una lista detallada de todos los objetos y bienes incluidos dentro de la vivienda
- Una fianza de alquiler, usualmente equivalente al monto de un mes de alquiler
- Variados documentos legales para sustentar la operación, como el título de propiedad del arrendador, por ejemplo.
Tipos de contratos de arrendamientos
Cuando nos referimos al alquiler de una vivienda, lo normal es determinar el tipo de dicho contrato con respecto a la duración del mismo. Al fin y al cabo, un arriendo es, en esencia, la capacidad de hacer uso de una propiedad durante cierto periodo de tiempo.
Por lo tanto, un contrato de vivienda en alquiler puede ser inferior a 5 años, superior a 5 años o con plazo indeterminado. La duración del tiempo del arriendo va a depender mucho de las necesidades de ambas partes. Obviamente, cada contrato de este estilo está regido por la ley 29/1994 de Arrendamientos Urbanos, por lo cual se deben obedecer las directrices establecidas.
Más allá del contrato común y corriente, también podemos encontrar otros tipos de acuerdos relacionados con las viviendas. El contrato de piso habitual, por ejemplo, tiene lugar cuando la propiedad arrendada es la vivienda permanente de un inquilino. En el caso de casas vacacionales, el contrato de alquiler de temporada determina el uso de una propiedad solo por motivos específicos como vacaciones, estudios o trabajo.
Finalmente, el contrato de uso turístico hace referencia a propiedades destinadas a servir como posada durante periodos vacaciones. Esto implica que el Impuesto al Valor Agregado de este tipo de contratos es muy distinto del resto, al igual que otros parámetros jurídicos relacionados con pagos de impuestos específicos.
A continuación te dejamos un vídeo de YouTube del canal “Yaencontre” en donde habla en profundidad sobre todos los tipos de contrato de alquiler.
Fianzas, garantías, incumplimientos y suspensiones
La fianza de alquiler es un monto establecido que sirve como garantía para el propietario de la vivienda. Además, también existe la posibilidad de pactar otras clases de garantías con la finalidad de proteger el aspecto económico de los implicados. Estas garantías pueden ser hipotecas, seguros o algún tipo de aval. Es evidente que sea cual sea la fianza o la garantía implicada, esta deberá estar correctamente establecida en el contrato de arriendo.
En el caso de la fianza, se debe devolver en su totalidad al finalizar el contrato siempre y cuando no exista algún tipo de daño evidente a la propiedad. En el caso de incumplir con el contrato de arrendamiento, el reclamo deberá ser efectuado por el propietario ante el arrendatario o, en caso de ser necesario, frente a las autoridades pertinentes.
Los incumplimientos pueden ir desde daños causados a la propiedad hasta falta de pagos en las mensualidades. Adicionalmente, sucesos como subarrendar o realizar obras sin autorización también suelen ser causales de incumplimiento en un arriendo.
Las reclamaciones judiciales referentes a desahucios y a impagos suelen ser llevadas a instancias de tribunales cuando la reincidencia sea grave. La mejor manera de tener un proceso de alquiler limpio, legal y efectivo es con la ayuda de nuestro equipo de profesionales a tu disposición.
Preguntas frecuentes
Conclusiones
El contrato de alquiler es una herramienta esencial para garantizar una relación arrendador-arrendatario efectiva y segura. Ambas partes deben estar completamente informadas y entender todos los términos y condiciones del contrato para evitar malentendidos y posibles conflictos. Es crucial que el contrato esté detallado y contenga todos los elementos esenciales, desde la identificación de las partes hasta la duración y el costo del alquiler. La ley 29/1994 de Arrendamientos Urbanos rige todos los contratos de alquiler, por lo que es vital cumplir con sus directrices. Las fianzas y garantías son esenciales para proteger los intereses económicos de ambas partes. En caso de incumplimiento, es fundamental actuar de acuerdo con lo establecido en el contrato y, si es necesario, buscar asesoramiento legal. En resumen:
Un contrato de alquiler bien redactado y entendido es la clave para una relación arrendador-arrendatario exitosa.