¿Recuerdas la época en la que las entidades bancarias no te permitían acompañar al banco a un cliente al que le habías enseñado tropecientas viviendas?

A mi me ocurrió en varias ocasiones y con distintas entidades bancarias.

Se dedicaban a lucrarse del trabajo de las agencias inmobiliarias para después ponerte un STOP alegando el director/ titiritero de turno que por normativa de la entidad (algo que se sacaron de la manga) los agentes inmobiliarios no podíamos acompañar a «nuestros» posibles compradores.

 Así, ¡sin baselina ni dá de ná!… ¡Menudos Jetas!

!Claro! como los listillos se habían adjudicado un stock de viviendas que «se tuvieron que comer con patatas» por culpa de su mala gestión durante los años de bonanza, otorgando créditos hipotecarios «a torche y moche» y tenían que quitárselas de encima como fuera, o como buenamente pudieran, teníamos que ser nosotros, los agentes inmobiliarios, los que pagáramos los platos rotos de dicha mala gestión.

¿Quién les mandaría a ellos conceder hipotecas durante los años de bonanza «a calbotás» a todo indocumentado que llegaba de no se donde, con una nómina que no llegaba a los 700 € y un certificado de ingresos que se lo firmaba el vecino del 5º?

Así acabaron los bancos, vendiendo deuda por la mitad de la hipoteca a repúblicas bananeras con tal de recuperar al menos la mitad del dinero prestado.

Dicho esto, hoy quiero romper una lanza en favor de esas agencias inmobiliarias que aún habiendo sabido superar la crisis de la que hoy ya parece que hemos salido, lo ha hecho sin la necesidad de ser un agente colaborador de entidades bancarias a cambio de un mínimo porcentaje de venta.

Pá chulo, chulo, mi pirulo… No le vendo un piso al banco ni aunque me hagan la ola 😉

Así que ahí va el mensaje de hoy de mi sección de Humor inmobiliario dedicado a bancos: y banqueros, y al fin y al cabo, Titiriteros 😉